Que cantidad de patadas en el culo da la vida junto con puñales doble filo, para enseñarnos a mantener la cabeza en alto y a no dejar de sonreír.
Cuantas patadas hay que recibir para aprender a crecer, aprender a borrar recuerdos que hacen mal, aprender a ignorar la ausencia de los abrazos más deseados.
Por cuantos dolores se ha de atravesar para convertir un espíritu solido al caminar.
Cuantas sonrisas escondiendo lágrimas de soledad supieron derrotar las trabas incrustadas por las mentiras de un sentir.
P.D.: Extraño final
en brazos de incertidumbre de la razón.
Todo acabo.
Cuesta decir adiós.
Cuesta amarte sin darte
este amor.
Bien venida eterna soledad.
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