lunes, 17 de enero de 2011

El mar.

Al caminar por la rambla los fuertes vientos despeinan las ideas, el susurro de la marea hacen detener la mirada sobre las rocas asomándose en el agua.
Avanzo en cada paso y me siento con los pies en el mar sintiendo tocar su piel.
Recuerdo su mirada cuando el sol dora la piel.
El viento abraza la lágrima desplegada en el rostro y se pinta una sonrisa al recordar el ayer.
Las desiciones han sido claras, ya nadie da marcha atrás. El viento son sus palabras, los abrazos del ayer, el sol su mirada y el mar los recuerdos pintando sonrisa de mañana.


Gracias..

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